La intervención en el aula
Estrategias de enseñanza inclusiva
Con el fin de atender mejor a todo el alumnado hemos elaborado una lista de estrategias que, si bien no es exhaustiva, es bastante representativa de la variedad de formas de enseñanza inclusiva. Recogemos estas medidas de atención a la diversidad analizadas atendiendo a una forma particular de organización. Gráficamente la distribución de esta clasificación podría entenderse de la manera siguiente:
En primer lugar, diferenciamos dos grandes grupos, el aula y el centro en función de si la medida puede implementarse directamente en el aula o por el contrario, requiere del respaldo de la institución escolar. En ambas podemos diferenciar entre: por un lado, medidas organizativas, que a grandes rasgos definen los grupos de trabajo, así como los tipos y las características de los agrupamientos; y por otro, las curriculares que definen, una vez ya decidido el grupo establecido, qué, cómo o cuándo se debe enseñar. El “qué” responde a los objetivos y contenidos de enseñanza, el “cuándo” a la distribución de la secuenciación de contenidos y el “cómo” a la metodología y las características de las tareas y actividades propuestas. De la misma manera también debemos atender a la evaluación de estos tres aspectos (Qué, cuándo y cómo evaluar). Por último, también tendremos en cuenta la dimensión clima referidas a las actitudes, valores, normas, expectativas, etc. que se promueven en el aula o en el centro.
Debemos evidenciar que esta clasificación es orientativa y en ningún caso pueden considerarse inflexible pues hay medidas que podrían ubicarse a más de una ubicación de la tabla.
A continuación recogemos las medidas propuestas en los esquemas clasificatorios:
1. Materiales adaptados o diversificados:
Los materiales que utilicemos en un aula pueden ser adaptados o incluso creados de nuevo, con el objetivo de escapar del tan usado recurso del soporte del libro de texto. La idea de ello es que todo el alumnado pueda participar y alcanzar los aprendizajes aprovechando al máximo su rendimiento académico. Implica brindar una ayuda adaptada ajustando las formas de aprender un mismo contenido.
2. Rincones:
Preparación de diversos espacios en torno a un tema para aprender. Estos espacios conllevan la preparación de distintas actividades que se van dando de manera simultánea y en las que la participación del alumnado es dinámica. La creación de rincones supone un gran esfuerzo por ambos, por profesor y alumnado, pues implica cooperación, responsabilidad y planificación. Los rincones pueden ser llevados a cabo cuando el clima en el aula es adecuado y la realización tranquila de la actividad es bastante probable.
3. Materiales de soporte:
Además de adaptar y diversificar los materiales, podemos seguir contando con otros materiales de soporte como videos, ordenadores, música, etc. que permitan el acceso a la información mediante otros canales a parte de los habituales. Por ejemplo, mediante el canal visual podemos elaborar esquemas, gráficos, dibujos, mapas, etc. como alternativa a los textos del libro.
4. Conocer los objetivos y su funcionalidad:
Una de las formas más sencillas de conseguir que el alumnado muestre interés por las actividades del aula es comenzar las sesiones presentando las unidades didácticas: explicar el objetivo que se persigue y la funcionalidad de cada tema. Esto no sólo debe darse al principio de la sesión/unidad didáctica sino mientras se está realizando y cada cierto tiempo.
5. Reducción de ratios mediante agrupaciones heterogéneas:
Consiste en la formación de grupos pequeños de alumnos con características heterogéneas para hacer tareas que en grupos grandes no se podría o sería más difícil. La reducción de ratios fomenta la participación del alumnado y ayuda a mejorar las relaciones entre el alumnado y entre éste y el profesor, pues la atención que ofrece es más cercana e individualizada.
6. Trabajo colaborativo:
El trabajo colaborativo implica establecer unos objetivos y procedimientos entre el profesor y el alumnado. El resultado de ese trabajo es la producción de una tarea que será elaborada por el grupo y compartida con el resto de grupos. Esto implica más que la suma de las partes pues cada uno de los miembros necesita del trabajo de los otros para trabajar y avanzar. El trabajo colaborativo es muy importante para tratar aspectos como la comunicación, cooperación, ayuda mutua y regulación. El profesor deberá garantizar el correcto desarrollo de los trabajos asegurando un buen clima de trabajo y supervisando las tareas llevadas a cabo.
7. Tutoría entre iguales:
Apoyo entre alumnos que se da cuando uno de ellos es considerado experto en el tema y puede ayudar al otro a comprender mejor y a avanzar en su aprendizaje. Permite aprender algo más que si la actividad fuera realizada de manera individual por los alumnos. El profesor debe supervisar estas tutorías y asegurar que las formaciones sean adecuadas para aprender.
8. Ofrecer atención cálida al alumnado (promoción de relaciones afectivas basadas en la confianza y el respeto):
Una buena disposición de los profesores hacia las preguntas, dudas e inquietudes del alumnado va a repercutir positivamente en el clima del aula y va a facilitar el proceso de enseñanza y aprendizaje. La idea es que el alumnado se sienta cómodo a la hora de pedir ayuda y, en líneas más generales, de expresarse en el aula y en la relación con los otros.
9. Tener expectativas de éxito:
El profesorado pueda ayudar y motivar a los niños si tienen adecuadas expectativas de éxito sobre estos. Esta herramienta ejerce una enorme influencia sobre los comportamientos y actitudes del alumnado respecto a su sentimiento de competencia en el aprendizaje (efecto Pigmalión). No sólo es necesario que los profesores tengan expectativas de éxito del alumnado es importante traspasarles esas a los alumnos de modos que ellos mismos tengan altas expectativas.
10. Incentivos:
Reconocimientos y recompensas a los niños cuando muestran una actitud favorable hacia el aprendizaje. Estos pueden incluir desde el reconocimiento individual y/o grupal en situaciones públicas y/o privadas, hasta la recompensa mediante tiempos de juego, responsabilidades en el aula, premios especiales, etc. Con ello se trata de que el alumnado esté motivado a aprender y que tome conciencia de las consecuencias gratificantes que ello supone.
11. Proyectos:
Planteamiento de actividades (proyectos) en torno a un tema para profundizar en éste desde diversas disciplinas. No hay un tiempo específico de duración del proyecto. Los proyectos pueden ser trabajados de manera individual o grupal, según convenga, y deben ser propuestos partiendo de los intereses del alumnado. Los proyectos son compartidos de manera que todo el grupo clase pueda aprender de los demás.
12. Aulas específicas de materias:
Disponer de un aula específica para algunas asignaturas de manera que se pueda contar con todo el material necesario en un mismo espacio. Con ello, facilitamos la preparación y utilización posterior del material destinado a trabajar la asignatura o actividad en cuestión. El inconveniente de esto es que requiere de muchos espacios y de una alta movilidad para los alumnos y profesores.
13. Grupos flexibles:
Implica agrupar a los alumnos de modo los grupos formados sean cambiantes a lo largo de las actividades o de las sesiones. Esto permite que los alumnos aprendan a trabajar con distintos compañeros de su aula y que mejoren sus capacidades, así como su tolerancia y otros valores.
14. Entrada de especialistas externos:
Lo característico de esta estrategia es que permite la participación en el aula de especialistas como logopedas, profesores de educación especial, psicólogos, etc. Estos pueden colaborar haciendo observaciones, planteando mejoras, reflexionando sobre el aula con el docente y apoyando al alumnado. Para ello será indispensable una buena planificación (horarios, tareas a realizar, evaluación de esta participación) así como una buena coordinación y relación de colaboración de todos los especialistas que participen.
15. Dos profesores en el aula:
Consiste en incorporar dos profesores en el aula (preferiblemente dos profesores que se entiendan bien). Uno de ellos es el profesor titular del aula y el otro actúa como profesor asistente en ciertas actividades. Las formas de llevar a cabo esta estrategia son múltiples y deben ser decididas de acuerdo a los recursos de tiempo que se dispongan. Lo interesante de esta estrategia es que permite la reflexión compartida de ambos profesores y una mejor atención al alumnado. Además, éste dispone de más oportunidades para recibir ayuda ajustada y una enseñanza personalizada.
Los materiales que utilicemos en un aula pueden ser adaptados o incluso creados de nuevo, con el objetivo de escapar del tan usado recurso del soporte del libro de texto. La idea de ello es que todo el alumnado pueda participar y alcanzar los aprendizajes aprovechando al máximo su rendimiento académico. Implica brindar una ayuda adaptada ajustando las formas de aprender un mismo contenido.
2. Rincones:
Preparación de diversos espacios en torno a un tema para aprender. Estos espacios conllevan la preparación de distintas actividades que se van dando de manera simultánea y en las que la participación del alumnado es dinámica. La creación de rincones supone un gran esfuerzo por ambos, por profesor y alumnado, pues implica cooperación, responsabilidad y planificación. Los rincones pueden ser llevados a cabo cuando el clima en el aula es adecuado y la realización tranquila de la actividad es bastante probable.
3. Materiales de soporte:
Además de adaptar y diversificar los materiales, podemos seguir contando con otros materiales de soporte como videos, ordenadores, música, etc. que permitan el acceso a la información mediante otros canales a parte de los habituales. Por ejemplo, mediante el canal visual podemos elaborar esquemas, gráficos, dibujos, mapas, etc. como alternativa a los textos del libro.
4. Conocer los objetivos y su funcionalidad:
Una de las formas más sencillas de conseguir que el alumnado muestre interés por las actividades del aula es comenzar las sesiones presentando las unidades didácticas: explicar el objetivo que se persigue y la funcionalidad de cada tema. Esto no sólo debe darse al principio de la sesión/unidad didáctica sino mientras se está realizando y cada cierto tiempo.
5. Reducción de ratios mediante agrupaciones heterogéneas:
Consiste en la formación de grupos pequeños de alumnos con características heterogéneas para hacer tareas que en grupos grandes no se podría o sería más difícil. La reducción de ratios fomenta la participación del alumnado y ayuda a mejorar las relaciones entre el alumnado y entre éste y el profesor, pues la atención que ofrece es más cercana e individualizada.
6. Trabajo colaborativo:
El trabajo colaborativo implica establecer unos objetivos y procedimientos entre el profesor y el alumnado. El resultado de ese trabajo es la producción de una tarea que será elaborada por el grupo y compartida con el resto de grupos. Esto implica más que la suma de las partes pues cada uno de los miembros necesita del trabajo de los otros para trabajar y avanzar. El trabajo colaborativo es muy importante para tratar aspectos como la comunicación, cooperación, ayuda mutua y regulación. El profesor deberá garantizar el correcto desarrollo de los trabajos asegurando un buen clima de trabajo y supervisando las tareas llevadas a cabo.
7. Tutoría entre iguales:
Apoyo entre alumnos que se da cuando uno de ellos es considerado experto en el tema y puede ayudar al otro a comprender mejor y a avanzar en su aprendizaje. Permite aprender algo más que si la actividad fuera realizada de manera individual por los alumnos. El profesor debe supervisar estas tutorías y asegurar que las formaciones sean adecuadas para aprender.
8. Ofrecer atención cálida al alumnado (promoción de relaciones afectivas basadas en la confianza y el respeto):
Una buena disposición de los profesores hacia las preguntas, dudas e inquietudes del alumnado va a repercutir positivamente en el clima del aula y va a facilitar el proceso de enseñanza y aprendizaje. La idea es que el alumnado se sienta cómodo a la hora de pedir ayuda y, en líneas más generales, de expresarse en el aula y en la relación con los otros.
9. Tener expectativas de éxito:
El profesorado pueda ayudar y motivar a los niños si tienen adecuadas expectativas de éxito sobre estos. Esta herramienta ejerce una enorme influencia sobre los comportamientos y actitudes del alumnado respecto a su sentimiento de competencia en el aprendizaje (efecto Pigmalión). No sólo es necesario que los profesores tengan expectativas de éxito del alumnado es importante traspasarles esas a los alumnos de modos que ellos mismos tengan altas expectativas.
10. Incentivos:
Reconocimientos y recompensas a los niños cuando muestran una actitud favorable hacia el aprendizaje. Estos pueden incluir desde el reconocimiento individual y/o grupal en situaciones públicas y/o privadas, hasta la recompensa mediante tiempos de juego, responsabilidades en el aula, premios especiales, etc. Con ello se trata de que el alumnado esté motivado a aprender y que tome conciencia de las consecuencias gratificantes que ello supone.
11. Proyectos:
Planteamiento de actividades (proyectos) en torno a un tema para profundizar en éste desde diversas disciplinas. No hay un tiempo específico de duración del proyecto. Los proyectos pueden ser trabajados de manera individual o grupal, según convenga, y deben ser propuestos partiendo de los intereses del alumnado. Los proyectos son compartidos de manera que todo el grupo clase pueda aprender de los demás.
12. Aulas específicas de materias:
Disponer de un aula específica para algunas asignaturas de manera que se pueda contar con todo el material necesario en un mismo espacio. Con ello, facilitamos la preparación y utilización posterior del material destinado a trabajar la asignatura o actividad en cuestión. El inconveniente de esto es que requiere de muchos espacios y de una alta movilidad para los alumnos y profesores.
13. Grupos flexibles:
Implica agrupar a los alumnos de modo los grupos formados sean cambiantes a lo largo de las actividades o de las sesiones. Esto permite que los alumnos aprendan a trabajar con distintos compañeros de su aula y que mejoren sus capacidades, así como su tolerancia y otros valores.
14. Entrada de especialistas externos:
Lo característico de esta estrategia es que permite la participación en el aula de especialistas como logopedas, profesores de educación especial, psicólogos, etc. Estos pueden colaborar haciendo observaciones, planteando mejoras, reflexionando sobre el aula con el docente y apoyando al alumnado. Para ello será indispensable una buena planificación (horarios, tareas a realizar, evaluación de esta participación) así como una buena coordinación y relación de colaboración de todos los especialistas que participen.
15. Dos profesores en el aula:
Consiste en incorporar dos profesores en el aula (preferiblemente dos profesores que se entiendan bien). Uno de ellos es el profesor titular del aula y el otro actúa como profesor asistente en ciertas actividades. Las formas de llevar a cabo esta estrategia son múltiples y deben ser decididas de acuerdo a los recursos de tiempo que se dispongan. Lo interesante de esta estrategia es que permite la reflexión compartida de ambos profesores y una mejor atención al alumnado. Además, éste dispone de más oportunidades para recibir ayuda ajustada y una enseñanza personalizada.